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CRISTIANO ANIQUILA EL SUEÑO ATLÉTICO

  • Foto del escritor: Juan Antonio Requena
    Juan Antonio Requena
  • 15 mar 2019
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 3 may 2019


Si la noche del 20 de febrero fue una fiesta para los atléticos tras ese 2-0 en el Metropolitano, la de hoy auguraba ser el colofón final. El pequeño paso que suponía el pase a Cuartos para alcanzar la final, podía agigantarse eliminando a la todopoderosa Juventus, pero el Atlético decidió empequeñecerse y especular con un equipo que los barrió. El sufrimiento que preveían se terminó convirtiendo en una auténtica pesadilla de las manos de su mayor verdugo, Cristiano Ronaldo, que con un hac-trick les despertó del sueño de conquistar la ´Orejona´ en casa.


El técnico italiano Allegri desplegó un once con cuatro cambios respecto al partido de ida que terminaron siendo cruciales para que la balanza se decantara del lado bianconero. Cancelo entró en el lateral derecho, Spinazzola en la izquierda por el sancionado Alex Sandro, en el medio Emre Can y arriba Bernardeschi actuando en el flanco derecho de ataque en detrimento de Dybala. Simeone apostó por alinear a Lemar en la izquierda junto a Juanfran como lateral ante las lesiones de Filipe y Lucas.


La Juventus salió como se esperaba, atacando y atosigando sin descanso la portería en busca de tres tantos que la metieran en la siguiente fase. El Atlético apostó por defender y aguantar el resultado. En el minuto 4 llegó el primer susto tras un balón que recogió Chiellini en el área y que envió al fondo de la red, aunque fue anulado por Kuipers al señalar como falta la jugada previa al lanzamiento que involucraba a Cristiano y Oblak. El portugués salió a cazar por bajo un balón procedente del córner ante la salida del esloveno, el esférico salió rebotado de sus manos, pero el delantero lo tocó, considerando antirreglamentaria la acción. Pasaban los minutos, y el Atlético seguía enjaulado en su campo, despejando constantemente envíos al área, incapaces de retener la pelota y de pausar las embestidas del rival. Únicamente dispusieron de un par de posesiones largas en todo el encuentro. La primera llegó en el minuto 20 y terminó con un disparo de Koke que se marchó lejos del arco de Szczesny. Minutos después Griezmann lo volvió a intentar, pero el linier levantó la bandera ante el fuera de juego de Morata. Parecía que el conjunto del Cholo se había repuesto, pero todo fue un espejismo. La réplica de la Juventus puso el 1-0 en el marcador gracias a la cabeza de Cristiano Ronaldo, que tras un centro maravilloso de Bernardeschi al segundo palo, remató elevándose ante Juanfran. Apareció en el sueño atlético su bestia negra para dar el primer paso de la remontada.


Los italianos se gustaban con el balón. Cada minuto que transcurría sobre el verde del Juventus Stadium era un augurio de la gran noche europea que iban a vivir. El planteamiento táctico de Allegri pilló por sorpresa a un Simeone que no sabía qué hacer. Emre Can se colocó como tercer central para facilitar la salida de balón de Pjanic, que jugó a sus anchas en el medio campo. Cancelo jugaba como extremo, mientras que Bernardeschi entraba tanto por dentro como por los costados con total libertad, rompiendo a la defensa como una auténtica flecha. Incluso se animó a intentar una dificilísima chilena a un centro de Can.

Los rojiblancos necesitaban dar pausa al juego y ralentizar el ritmo vertiginoso que la Juve proponía, pero su constante imprecisión en el pase imposibilitaba cualquier posibilidad de respuesta. A pesar del mal juego, el conjunto madrileño tuvo una oportunidad para meterse en el encuentro. Morata, tras cabecear un centro lateral de Koke, pudo colocar el 1-1, pero su envío se marchó por encima de la portería.


Llegó el descanso, y con él la esperanza de reacción antes de que fuera demasiado tarde. Sin embargo, la segunda mitad arrancó con la misma dinámica con la que concluyó la primera. En el minuto 48, la Juventus ya había remontado la eliminatoria gracias a otro testarazo de Cristiano Ronaldo, que se elevó al cielo de Turín con un espectacular salto para poner el 2-0. Intervino la tecnología de gol para decretar que entró el remate que sacó de dentro Oblak, ya que en primera instancia se antojaba como un paradón del esloveno. Cristiano ataca de nuevo.


Pasaban los minutos y los rojiblancos seguían sin reaccionar, sin entrar en el partido. La presión seguía asfixiándoles, impidiéndoles ganar cualquier balón dividido. Se marchó del campo un nefasto Lemar que sigue sin encontrar su sitio, para dar entrada a Correa, que por mucho que lo intentó, cometió un error de cadete. Ante la entrada del extremo argentino, Allegri movió al equipo para protegerse de su velocidad y desborde. Cancelo pasó al lateral izquierdo, Can al derecho, mientras que Dybala y Bernardeschi partían con libertad en la zona de tres cuatros. El Cholo dio entrada a Vitolo por Arias para buscar el gol que los clasificara, colocando a Saúl como lateral izquierdo y Juanfran como derecho. Sin embargo, cada movimiento de Simeone era mejorado por el técnico italiano, que dio entrada al velocísimo Kean para que hiciera sangre por el costado de Juanfran. El estratega bianconero dio un auténtico recital táctico, moviendo las piezas del tablero a la perfección. A punto estuvo Moise Kean de ejecutar el jaque mate, tras un balón en largo de Chiellini que recogió y mandó fuera en el mano a mano con Oblak.


El partido parecía condenado a una prórroga que se predecía como eterna para los colchoneros, pero Correa cometió un absurdo penalti a 6 minutos del final al siempre incisivo Bernardeschi, tras empujarlo cuando se adentraba en el área. Cristiano sería el encargado de ejecutar a uno de sus más enemigos predilectos con un fusil dirigido a la esquina inferior izquierda. El más sanguinario verdugo de los atléticos irrumpió con todo su arsenal para eliminarlos una vez más con un hac-trick, demostrando su insaciable voracidad omnipresente en Champions. El portugués firmó su primera gran noche mágica con los colores de la Juve, escudado en sus fieles Pjanic y Bernardeschi. Prometió en el postpartido del Metropolitano que la venganza llegaría en su terreno, y Cristiano cumplió su promesa aniquilando cualquier aspiración atlética sin piedad.



El encuentro concluyó con un Atleti que ni se rebeló ni peleó en ningún momento, entregándose a la Juventus desde el minuto 1 y siendo eliminados de la manera más dura: sin luchar y sin alma. El equipo salió con miedo a aguantar a un rival fortísimo al que no le valen planteamientos rácanos como el que ideó el Cholo. El sueño de la Orejona tendrá que esperar un año más. Este parecía el indicado, pero el destino se hace esperar.



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