UN ´CLÁSICO´
- Juan Antonio Requena
- 5 mar 2019
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 3 may 2019
Lo que antes en Can Barça era extraordinario, ahora se ha convertido en ordinario. Ganar un Clásico en el Bernabéu se antojaba como materia imposible hace décadas, pero desde aquel doloroso 2-6 que le endosó el equipo de Guardiola al Real Madrid, la balanza se ha decantado para los culés, que se han impuesto en 11 de los últimos 18 enfrentamientos disputados en el fortín blanco. Esta noche los azulgranas han vuelto a derrotar a los blancos por 0-1 gracias a un gol de Rakitić en la primera mitad que independiza a los de Solari de la Liga.

A pesar de la eliminación copera dos días antes, y de lo difícil que se antojaba la Liga, la afición madridista no falló a la cita con su equipo en un Santiago Bernabéu ilusionado con poder consumir su venganza y reengancharse al torneo doméstico. La clave del partido residió en el cambio que realizaron tanto Solari como Valverde en sus respectivos onces. El argentino colocó a Bale en lugar de Lucas Vázquez, lo que terminó suponiendo otra nueva oportunidad que desaprovechó el galés de resarcirse ante una afición que lo terminó silbando de una manera atronadora. En el otro lado de la moneda, el gran triunfador fue el técnico culé, que sentó a Semedo en detrimento de un Arthur que pasó al medio y retrasó a Sergi Roberto al lateral. El joven brasileño cosió al equipo, permitiéndole jugar constantemente en campo contrario, a diferencia de lo que sucedió el miércoles. Con él, el Barcelona recuperó su mejor versión, demostrando su importancia y supremacía en el medio campo.

Los primeros compases de partido mostraban un guión muy distinto al visto en Copa. Los azulgranas salieron a presionar de forma más contundente la salida de balón, mientras que los blancos, muchos más abiertos, buscaron hacer daño con Bale por el medio. Sin embargo, la ausencia de Lucas Vázquez hace a Modrić ser menos Modrić y tener que cubrir el espacio que deja el delantero galés a la hora de defender. El desgate tanto de él, como de Carvajal fue titánico, pero uno de los problemas de este equipo es que hay jugadores que buscan insistentemente la verticalidad, mientras que otros apuestan por la pausa, impidiendo al equipo jugar con una idea clara. Además, el bajo estado de forma de Kroos o de Casemiro, hizo mucho daño al centro del campo merengue, que fue arrollado por un Arthur que capitaneó la medular. El Madrid trataba salir a la contra con Vinicius, más impetuoso que acertado gracias a la labor de Sergi Roberto, que demostró seguir por delante de Semedo. Los blancos tropezaban una y otra vez con el muro edificado por Piqué y Lenglet. Si un balón lograba pasarles, llegaba sin pena ni gloria a la meta de un Ter Stegen que no tuvo que hacer ninguna intervención de renombre. Mientras el Real chocaba con un Piqué imperial, los culés se mostraban muy cómodos tanto sin balón como con él. Además, Messi avisó con una vaselina que cerca estuvo de encontrar portería. El argentino estuvo mucho más participativo en el juego, mandando constantemente balones al espacio a Dembelé y buscando causar el daño que no logró crear en el anterior enfrentamiento.

En el minuto 26, un balón en profundidad de Sergi Roberto a la espalda de Sergio Ramos fue cazado por Iván Rakitić, que se marchó en velocidad plantándose delante de Courtois, se colocó el traje de chaqué, y con una elegancia propia de jugadores de su categoría, envió una sutil vaselina al fondo de la portería del arquero belga para colocar el 0-1 en el marcador. Tras el gol del Barcelona, el Madrid se vino arriba en busca del empate, aunque con más corazón que cabeza. Piqué continuaba agigantándose y taponando todo lo que aspiraba llegar al área. La estrella del miércoles, Luis Suárez, buscó su sello, pero en esta ocasión se encontró con Courtois. Lo intentó todo el uruguayo, insaciable en la presión, pero no encontró portería. Al filo del descanso el capitán Ramos en una jugada en la que intentó zafarse de Messi, sacó el codo a pasear y agredió al argentino en el rostro. Ni Undiano, ni el VAR consideraron que fuera falta la acción, a pesar de la sangre que presentaba el astro argentino en el labio.

Con la entrada de la segunda mitad, el Real Madrid trató de inquietar al Barcelona, atacando con vehemencia el área, pero sin acierto alguno. En los primeros minutos, una imagen hizo saltar las alarmas entre la afición culé. Leo Messi comenzó a tocarse el abductor y a realizar estiramientos. La preocupación era patente, pero el capitán quiso seguir en el campo. Ante el temor de una lesión a estas alturas de temporada, se le vio forzado y con una marcha menos, sin patear las faltas ni botar los córners.

El Barcelona manejó los tiempos durante todo el partido, se jugaba a lo que quería y a pesar de que el Madrid atacara, mostraba una solidez inaudita esta temporada. Además, se encontraba cómodo tanto tocando y a la contra, como atacando y defendiendo. Reguilón y Vinicius de nuevo volvieron a tirar del equipo, aunque chocaban con los de siempre, Piqué, Lenglet y Sergi Roberto. Solari, frustrado y desesperado, señaló a dos pilares del equipo cambiándoles a falta de media hora. Kroos salió por Valverde y Bale por Asensio.

Oscilaba el minuto 70, y Valverde sustituyó a Arthur para que entrara Arturo Vidal, que cumplió a las mil maravillas con lo que le pidió el txingurri: intensidad y recuperación. La sorpresa de todos, incluso del propio Isco, fue cuando Solari lo llamó y lo mandó al campo tras no estar ni convocado para el enfrentamiento del miércoles. El malagueño trajo frescura a un equipo que nunca bajó los brazos. También salió Dembelé por Coutinho, que nos regaló un amago de categoría a Modrić y un mano a mano que taponó Courtois. Messi tuvo la suya en el 92, en un balón en la frontal que salió lamiendo el palo.
Concluyó el partido en el Bernabéu, con un Real Madrid tocado y hundido psicológica, futbolística y físicamente. El martes tienen el primer match-ball de su competición fetiche ante un Ajax, que a pesar de partir con desventaja, huele desde Ámsterdam la sangre de los blancos, que ven como sólo les vuelve a quedar la Champions como única baza en el mes de marzo. El Fútbol Club Barcelona por su parte, sale muy reforzado de estos enfrentamientos contra su máximo rival. Con dos títulos en el bolsillo y con la Champions en el horizonte, la ilusión por la ´orejona´ sigue in crescendo en un equipo que ha logrado revertir la situación en el face to face de los Clásicos tras 87 años, anotando al Barcelona 96 victorias frente a 95 del Real Madrid.

....salvo el TITULAR al que le habría puesto al final el signo "?".
Excelente crónica mucho mejor que la de cualquier medio al uso y firmada por sesudo periodista al que se le ve el plumero desde el minuto 1 de juego....