CORAJE Y CORAZÓN
- Juan Antonio Requena
- 4 mar 2019
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 3 may 2019

Era una noche especial, diferente al resto, era noche de Champions. Tampoco era una Champions cualquiera, era la de la final prometida, en tu campo, con tu gente y en tu ciudad. El equipo y la afición sabían de la importancia de una noche que el Wanda ansiaba vivir. Al Atlético le había tocado el coco, la temida y todopoderosa Juventus con Cristiano a la cabeza. La ilusión por jugar una final en tu estadio pasaba por vencer a una “Vechia Signoria” que había propagado el terror por Europa, colocándose el cartel de favorita. Pero el Atlético de Madrid no entiende de favoritismos, ni sabe lo que es el miedo, sólo sabe luchar hasta el final con coraje y con corazón. Así cayó el gigante italiano, superado por un equipo que nunca dejó de creer y que impuso su ley sin estupor. 2-0 y con un pie en cuartos.
El Metropolitano se vistió de gala para recibir a uno de los flamantes favoritos de esta edición de la Champions. El alma que desprendía el Calderón comienza a invadir al nuevo feudo rojiblanco en días en los que el público llevó en volandas a un equipo que se lo dejó todo en el césped. Comenzó el encuentro con un Atlético bravo e intenso en la presión, sorprendiendo y anulando las principales bazas de los turineses. Sin embargo, rápidamente respondió la Juve con una falta botada por Cristiano que obligó a Oblak a lucirse. Además, esta acción trajo consigo una amarilla a Diego Costa que le impide jugar la vuelta tras haberse adelantado en la barrera. Seguía empujando el Atleti, rondando la portería del polaco Szczesny, aunque sin generar demasiado peligro con un Costa sublime que se coló en el once ante la sorpresa de todos.

En el ecuador de la primera mitad, llegó el VAR para alejar a los hombres de Simeone del punto de penalti y corregir la decisión del colegiado tras señalar como pena máxima una falta que recibió fuera del área el de Lagarto a manos de De Sciglio. Avisó aquí Griezmann con el lanzamiento de la falta que logró despejar el arquero polaco. Con el paso de los minutos, y con el descanso en el horizonte, el Atlético decidió bajar las revoluciones del partido, dejando el balón a los juventinos y reduciendo la presión para recuperar el aliento, lo que trajo consigo los mejores minutos de los italianos sobre el terreno de juego. La Juventus aprovechó y dio galones a un Pjanic fundamental que tomó las riendas del juego. El primer acto concluyó con otra mala noticia para el Cholo, la baja de Thomas para la vuelta tras recibir amarilla por una segada al filo del descanso.
Arrancó la segunda parte con una marcha menos que la primera mitad, apostando la Juventus por ralentizar el juego y apaciguar a los rojiblancos, pero las bestias colchoneras venían con hambre, y se comieron a los italianos. El primer zarpazo lo soltó Costa, en un mano a mano con Szczensy que mandó sorprendentemente fuera tras chutar con el tobillo un pase genial de Griezmann. Minutos después, llegó otro zarpazo que hizo temblar a los juventinos, en este caso fue Grizi, que mandó una sutil vaselina al travesaño. Apretaba el Wanda, y con él, lo hacía el Atlético. Los nervios comenzaron a aparecer en una Juventus que veía como le estaban pasando por encima, y que obligó a Alex Sandro a forzar una amarilla que también le hará perderse la vuelta.

A falta de 30 minutos para el final, el Cholo sabía que tenía que jugársela. Con la Juve contra las cuerdas decidió mover el banquillo y sacar toda la artillería para volcarse en ataque. Morata, Lemar y Correa entraron por Costa, Koke y Thomas. Llegó el gol en el 69 tras una jugada combinativa, centró Filipe y Morata cabeceó para poner el primero. El Atlético encaminaba la eliminatoria, pero llegó el dichoso VAR para anular otro gol al delantero, en este caso por empujar a Chiellini antes de rematar. Duro golpe para los colchoneros, que veían como el vídeo arbitraje seguía castigándoles. Los italianos trataban de llegar a la portería de Oblak, pero morían en la antes de llegar a la playa. Cristiano lo intentaba, moviéndose por los tres costados de ataque junto a Dybala, pero su partido se limitó a enfrentarse y a fardonearse a la afición por sus 5 Champions. Además, la salida del terreno de juego de Pjanic, sentenció al conjunto turinés.
Se acercaba el final y cuando todo parecía escrito, llegó el coraje de Giménez para recoger un balón rechazado en el área, procedente del córner, lanzándose por el césped para alcanzar esa pelota muerta y penetrar la portería de Szczensy. El Atlético puso el 1-0 con su CORAJE particular, anteponiéndose a los gigantes italianos en una faceta tan sobresaliente para ellos como es el juego aéreo.

Aún faltaba la puntilla, faltaba el CORAZÓN de este equipo, su alma y su capitán, Diego Godín salió a escena para colocar el 2-0 en el Metropolitano. Colgó Griezmann en una falta lateral el balón al área, despejó en primera instancia el viejo conocido Mandzukic, pero apareció el central uruguayo, empalmando de volea el esférico y ajusticiando a la ´Vechia Signoria´. Retumbaba el Wanda y el Cholo se desgañitaba en la banda celebrando el tanto de su vieja guardia charrúa en un partido en el que se consagró una vez más, como el líder de este escudo.

El conjunto visitante buscó sin éxito un gol que les facilitara la difícil remontada que se les plantea en la vuelta, pero Oblak apareció de nuevo para taponar un fuerte chut de Bernardeschi, al igual que Cristiano, que no acertó a la hora de remachar un centro. Con el pitido final, las bufandas rojiblancas miraban al cielo al son de las miles de gargantas que empujaron a un impresionante equipo que demostró que quiere esta Champions a toda costa. El Atlético sometió a la Juventus siempre fiel a su filosofía, con CORAJE Y CORAZÓN.
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